El problema de España no es Rajoy en Doñana agazapado en el sofá, con un pijama de cohetes y un colacao. Tampoco lo es Riverita hecho un pincel ,vestido de cuñado ideal, sensato y elegante, ni lo es la insulsez y el vacío de Pedro Sánchez, que ya no engaña a nadie ; que ni gusta ni deja de gustar.

Tampoco lo fue Soraya acorralada boqueando como un salmonete en la arena que hubiera dado pena, si no diera tanto asco.
Tampoco el problema de España es Pablemos que ya se está convirtiendo en la manga del “mal menor” orilla en la que acabaremos recalando para apoyar el voto útil por ser la izquierda mediática con alguna posibilidad de visibilización.
El problema de España tampoco es que que se quedase fuera del debate la voz de la cordura de Garzón,silenciando impunemente el discurso del que es en mi opinión el mejor político de este (siempre después de la inmensa Colau), aunque las siglas a las que se adhiere están tirando por tierra su carrera política y nuestra esperanza.
El verdadero problema de España será como ha sido siempre; España
El problemita, si no lo remediamos el 20 D, volverá ser nuestro país sumándose a la tendencia inevitable y vergonzante de la derecha que asciende en Francia, como la vieja Europa rebotada o en Argentina y Venezuela rebotados también de populismo mamarracho.
Votad a quien os salga del coño pero acudid a las urnas para evitar que lo que queda de España se lo reparta la derecha feroz que engulle en todos los lugares del planeta cualquier posibilidad de cambio.